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¿Cómo
anillar a un Agapornis? |
NBT
- Sexado de Aves

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En cuanto al tema de anillar un Agapornis
nos podemos encontrar con varias tendencias.
Existen aficionados a estos animales que
están radicalmente
en contra de anillarlos y otros que piensan
que es totalmente necesario
que se anillen. Personalmente me sitúo en el término
medio.
Básicamente vemos dos puntos claramente
favorables a su
anillamiento, como son el poder identificar a un animal en
concreto y
el tener en todo momento un conocimiento claro de la edad del ave
en
cuestión.
Como nota negativa al anillamiento de
estas psitácidas
destaca
la dificultad que podemos encontrarnos en casos de
lesiones que puedan
producirse en las patas, con el consiguiente
agravamiento por la
inflamación, las manías que tienen algunos agapornis a
morderse la anilla pudiendo lastimarse, la posibilidad de engancharse
con algún objeto de su jaula o juguete, y por qué
no
decirlo, el aperreo que se lleva el animal durante el
rato en el que lo
anillas y la necesaria vigilancia del nido durante dos o tres
días por las posibles caídas y
pérdidas de anillas
en el nido.
A modo de conclusión podemos decir que no
es necesario que
un
aficionado que tenga algunos agapornis en casa los tenga
anillados,
pero sí sería algo recomendable que lo hicieran aquellas
personas que manejan una relativa cantidad de ejemplares.
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De
todas formas el objetivo de este artículo es el
CÓMO y
no el POR QUÉ, por lo que voy a comenzar a
comentar el
procedimiento que debemos llevar a cabo para el anillamiento así
como los materiales necesarios.
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Para
empezar necesitaremos tres elementos: un agapornis, una anilla del
calibre 4.5 mm. y un palillo o algo similar que podremos usar llegado
el momento o no, si fuera necesario.
En
la mayoría de los sitios donde se pueda buscar
información del tema nos informarán de que el ave
debe
tener una edad de entre 9 y 10 días. En mi caso los anillo
más mayores, de unos 14 días, debido a la
constante
caída y posible pérdida de la anilla en el nido. Será la experiencia
del criador, controlando el grosor de las patas de sus pollitos, lo que
mejor decida el momento adecuado para el anillamiento, ya que algunos
por ser pocos en el nido o por tratarse de los mayores en la nidada
presentan unas patas más gruesas que otros que pueden tener cierto
retraso.
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Lo
siguiente es agarrar al agapornis con una mano intentando que se
encuentre boca arriba o lateralmente de forma que se pueda manejar su
pata sin causarle ningún daño.

Debemos agrupar
sus tres dedos más largos
orientándolos
hacia delante dejando el más pequeño
detrás.
Esos tres dedos deben entrar por la anilla, que
la iremos empujando
lentamente hacia atrás, hasta que asomen por el otro
extremo.
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Continuaremos
arrastrando la anilla hasta llegar a topar con el cuarto dedo que hemos
dejado fuera.
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Una
vez llegados a este punto comienza una tarea algo más
difícil, aunque con la práctica se va
convirtiendo en
algo sencillo.
Debemos seguir deslizando la anilla hacia atrás
pese a que
el
pequeño dedo trasero esté siendo desplazado con
ella.
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Una
vez que la anilla se haya tragado al pequeño dedo trasero,
ésta habrá llegado casi al codo o rodilla de la
pata y
entonces sí nos encontraremos con el momento más
delicado
de todo el proceso.
Ahora hay que
sacar el dedo pequeño por el otro extremo de
la anilla para completar el
anillado.
Cuando
anillamos a un agapornis pequeño, de 9 o 10
días, este
paso no entraña ninguna dificultad, pero tendremos el
problema de las
seguras pérdidas de anillas produciéndose la
necesidad de tener que
volver a anillar al mismo animal al día siguiente.
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Al querer tener
la seguridad de que el anillado será
definitivo
y realizarlo sobre un ejemplar de unos 14 días nos
encontramos
con la dificultad de sacar el dedo trasero.
Para ello presionaremos levemente la
anilla lo más cerca del
codo que podamos a la vez que empujamos los dedos delanteros hacia
arriba y observaremos como casi la totalidad del dedo
pequeño
asoma.
La mayoría de las veces sale
fácilmente girando
la anilla
y moviendo el dedo lateralmente, pero en algunas ocasiones debemos usar
un palillo fino o similar para ayudar a que el dedo termine de salir
por el otro extremo de la anilla.
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Cuando el dedo
trasero haya salido completamente por el otro extremo de
la anilla habremos finalizado el proceso exitosamente.
En caso de que
la anilla no pueda traspasar el
muñón
será debido a la avanzada edad o crecimiento del agapornis y
sería mejor desistir de anillar al animal antes que causarle
una
lesión en los dedos.

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